Publicado: 4 de Abril de 2024
Las bajas temperaturas propias del invierno no sólo nos afecta a las personas, las máquinas también sufren los embates del frío y, por tanto, también requieren una gestión específica. Una de las máquinas más importantes que utilizamos con frecuencia, a veces a diario, por motivos laborales o de ocio, es nuestro vehículo. Sometido a las inclemencias invernales mientras circula o aparcado en la calle, el coche requiere una serie de cuidados especiales para que funcione con normalidad y sin problemas. A continuación os proporcionamos unos consejos para “mantener en forma” vuestro vehículo durante los meses invernales.
La batería.
Es uno de los elementos del vehículo que más sufre los efectos de las bajas temperaturas. Especialmente si llevan mucho tiempo instaladas, muchas baterías tienden a descargarse con rapidez y pierden incluso la capacidad de recargarse. Por esta razón, si la batería ya tiene 4 o 5 años (y dependiendo, claro está, del uso más o menos frecuente que se le dé al coche), es recomendable cambiarla.
El líquido refrigerante
No por ser menos obvio vamos a dejar de incidir en el líquido refrigerante, un elemento muy importante, sobre todo si circulamos por zonas con temperaturas bajo cero. Es necesario comprobar el líquido refrigerante -que es a su vez anticongelante hasta determinada temperatura-, pues con el uso va perdiendo sus propiedades. Debemos observar si el nivel y el color del líquido es correcto: en su estado óptimo presenta un color vivo, ya sea amarillo, rojo o verde (se comercializan de distintos colores), pero si presenta un color traslúcido o sucio indica probablemente que se ha deteriorado, ya sea por residuos del propio circuito de refrigeración o por otras causas. En caso de duda, la mejor opción es cambiar el líquido refrigerante-anticongelante antiguo por líquido nuevo.
Calentamiento del motor
Al arrancar el coche, debemos calentar el motor al ralentí durante unos minutos. El frío afecta toda la mecánica y los fluidos del coche, por lo que es recomendable que los líquidos (aceite, liquido de dirección, frenos, etc.) alcancen progresivamente un mínimo de temperatura. Empezar a circular con el motor y los fluidos muy fríos puede dañar las piezas móviles del motor. Esto es especialmente aplicable a los motores Turbo, que necesita la mejor lubricación posible.
El aire acondicionado
Un buen consejo también es mantener el circuito de aire acondicionado cargado de gas, pues hay que recordar que el aire acondicionado es aire seco y ayuda notablemente a evaporar el vaho de las lunas del vehículo..
El limpiaparabrisas
Si tenemos el coche en la calle, en una población con heladas frecuentes, es aconsejable levantar las escobillas de los limpiaparabrisas para evitar que la goma se quede pegada a la luna delantera o trasera y se rompa, inutilizando los limpiaparabrisas. También se debe comprobar el tipo de líquido limpiaparabrisas, escogiendo uno que aguante en estado líquido unos cuantos grados bajo cero. En caso contrario, se congelará y perderá su utilidad.
Accesorios para el invierno
Es interesante llevar en el coche una paleta o un objeto similar de plástico para rascar la escarcha acumulada en las lunas del vehículo. Hay que evitar los productos descongelantes que derriten la escarcha muy rápido, pero que están fabricados con disolventes y alcoholes que pueden dañar las gomas de los limpiaparabrisas.
La luneta térmica
Controlar el buen funcionamiento de la luneta trasera térmica nos permitirá visionar qué hay detrás. Si comprobamos que no funciona, puede deberse al fallo de un fusible o del circuito eléctrico. En este último caso debemos llevar el vehículo al taller.
La calefacción
También debemos comprobar el correcto funcionamiento de la calefacción. Con el tiempo, los residuos se van depositando en los radiadores, tanto el del motor como el de la calefacción. El radiador de la calefacción es mucho más pequeño y no es difícil que quede obstruido por culpa de los residuos sólidos que flotan en el circuito del refrigerante.
Cuando no hay paso de agua caliente entre la entrada y salida del radiador de la calefacción, por estar éste obstruido, debe limpiarse con productos desincrustantes, preferentemente en un taller de confianza para que los técnicos realicen una limpieza correcta y meticulosa del radiador de calefacción y de todo el circuito de refrigeración del coche.
Los neumáticos
Es interesante revisar el estado de tus neumáticos para comprobar que no están cristalizados, lo cual reduciría la adherencia al asfalto y podría suponer un grave problema al realizar una frenada. La cristalización se puede producir por las altas temperaturas del verano, la estancia del coche a la intemperie, baja humedad o simplemente por el envejecimiento de los neumáticos. También debe comprobarse que el dibujo del neumático tenga la profundidad necesaria y que la presión sea la adecuada.
Los frenos
Especialmente en invierno, cuando el estado de las carreteras puede no ser el ideal, debe comprobarse el estado de las pastillas, pinzas y discos de freno. Ninguno de estos tres componentes deberá sufrir un desgaste excesivo, ya que el fallo de solo uno de estos elementos podría aumentar la distancia de frenado, con los riesgos que ello conlleva.
Las luces
En cualquier situación, pero especialmente con condiciones climatológicas adversas como lluvia, niebla o nieve intensa, es imprescindible llevar las luces en perfecto estado (si ninguna lámpara fundida) y bien regladas, para ser bien visibles para el resto de los vehículos que circulan.
Otros consejos
Dada la posibilidad de encontrarnos fuertes heladas y/o grandes nevadas, que incluso nos obliguen a detenernos por un periodo de tiempo indeterminado en un lugar no previsto, es recomendable llevar siempre cadenas, mantas, el depósito de combustible lo más lleno posible y provisiones para alimentarse en caso de salir de viaje. Tampoco está de más comprobar el estado de las carreteras y estar atento a los partes meteorológicos.
Siguiendo estos consejos, el conductor o conductora se asegurará un desplazamiento más plácido, cómodo y seguro.